
«La meditación puede compararse a la masticación de los alimentos. Cuando llevamos alimento a nuestra boca y lo masticamos, las glándulas salivales trabajan y absorbemos por medio de la lengua las energías más sutiles. La meditación es también una especie de masticación, una masticación de pensamientos, por medio de la cual absorbemos las quintaesencias del mundo espiritual para hacer de ellas nuestro alimento».
Omraam Mikhaël Aïvanhov